La Universidad Complutense de Madrid establecerá hoy la fecha del 8 de marzo como Día Rafael Altamira en un acto en el que, asimismo, se fallará el I Premio de Investigación que lleva el nombre del intelectual alicantino.

Altamira fue catedrático de Historia del Derecho en las universidades de Oviedo y Central, hoy Complutense de Madrid. Ha sido en esta última donde, a iniciativa del profesor emérito José Manuel Pérez-Prendes Muñoz-Arraco, se ha decidido rendir este homenaje al autor de El derecho al servicio de la paz. La elección de la fecha del 8 de marzo se relaciona con que ese día de 1931 fue proclamado decano de la Facultad de Derecho de la universidad madrileña.

En este mismo acto de homenaje se presentará la Biblioteca de Autor Rafael Altamira que acoge la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Este portal, dirigido por Rafael Asín Vergara (Universidad de Castilla-La Mancha), recoge una amplia muestra de la obra del alicantino en distintos géneros, además de diversos estudios sobre el autor a cargo de varios especialistas en su trayectoria. Asimismo, han comenzado los trabajos de inclusión del llamado Legado Altamira, compuesto por miles de documentos personales, informes, escritos y parte de la biblioteca personal del autor; el legado se encuentra depositado en el Instituto Jorge Juan de Alicante, por deseo testamentario del propio humanista, desde 1952.

Rafael Altamira (Alicante, 1866-México DF, 1951) fue jurista, historiador, pedagogo, traductor y escritor. Tras terminar sus estudios de Derecho, entró en contacto con la Institución Libre de Enseñanza, que influyó definitivamente en sus ideas, sus preocupaciones educativas y su actitud ética. Dirigió el periódico La Justicia y la Revista Crítica de Historia y Literatura Españolas, Portuguesas e Hispanoamericanas, formó parte de la Comisión de Juristas encargada por el Consejo de la Sociedad de las Naciones de redactar el anteproyecto del Tribunal de Justicia Internacional y, posteriormente, se convirtió en uno de sus nueve jueces primeros titulares. Finalizada la Guerra Civil, se trasladó a México, donde fue propuesto candidato al Premio Nobel de la Paz.