La literatura como medio de evasión
Escritores delincuentes, de José Ovejero, escarba en el vínculo entre las tragedias personales y la literatura como medio de evasión o de reelaboración de las experiencias propias.
Ovejero analiza, en el nuevo libro de Alfaguara, personalidades peculiares que vivieron aventuras extraordinarias y que poseían cierta habilidad para la creación literaria. «Quien es capaz de escribir un gran libro no se merece estar entre rejas». Eso debieron de opinar Cocteau y Sartre cuando defendieron a Genet, y así también tantos otros intelectuales que, a veces sin conocer bien los hechos delictivos de sus protegidos, se lanzaron a una cruzada para liberarlos.
Pero los escritores seleccionados no son interesantes solo por su biografía. Lo verdaderamente interesante es la relación entre esta y su obra, cómo en ambas se entrelazan temas como la culpa, las injusticias sociales, la capacidad redentora —o no— de la escritura, la verdad en la ficción, la mentira en la autobiografía, la relación con la propia violencia, su mirada sobre la cárcel, sobre los jueces, sobre otros delincuentes y, en fin, la impresionante tensión entre lo que dicen y lo que callan.