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Nuevas ciudades cervantinas: Aznalcázar y Castro del Río

Nuevas ciudades se añaden a nuestra Red de ciudades cervantinas. La RED DE CIUDADES CERVANTINAS nace con el propósito de facilitar un mayor conocimiento y relación de los lugares vinculados con Miguel de Cervantes, ya sea por su presencia personal, ya sea por su vinculación con su obra o con su difusión. Sus objetivos son apoyar y difundir actividades conjuntas que hagan posible un mayor desarrollo de sus comunidades, a nivel educativo, cultural, turístico o económico, así como difundir la vida y las obras de Cervantes mediante programas específicos con la finalidad de convertir a Cervantes en uno de los ejes de su desarrollo comunitario. Para ello se potenciarán los programas educativos y culturales que permitan un mejor conocimiento y difusión de Cervantes y de los valores de su obra en el entramado educativo y social.

Aznalcázar
El reciente descubrimiento de un documento donde se deja constancia del paso de Miguel de Cervantes como Comisario Real de Abastos por Aznalcázar en 1593, justo después de visitar Puebla de Cazalla y Utrera, según provisión de Cristóbal de Barros, ha aumentado el interés de Cervantes en esta población sevillana. Una vinculación que se remonta en su callejero urbano al año 1932, cuando aparece ya la denominación calle Miguel de Cervantes en la trama urbana de Aznalcázar. En este sentido, consta en el Registro Civil de Aznalcázar un dato interesante al respecto, como es la inscripción del nacimiento en la calle Miguel de Cervantes de la persona Encarnación Cordero Santos (15 de noviembre de 1932), lo que nos confirma la antigüedad de este nombre en el viario público. Cabe añadir que durante casi este siglo de existencia, la rotulación de la calle Miguel de Cervantes no ha sufrido modificación alguna, manteniéndose de manera ininterrumpida desde su rotulación original.

Castro del Río
La villa de Castro del Río, situada a cuarenta y dos kilómetros de Córdoba, está vinculada a Cervantes, como otras localidades cercanas de la campiña. En dos ocasiones, durante sus trabajos como Comisario Real de Abastos, estuvo Miguel de Cervantes en Castro del Río. En la primera ocasión, en noviembre de 1587, fue comisionado por Diego de Valdivia para recoger trigo, aceite y cuantos artículos fuesen necesarios para el abastecimiento de la Armada Invencible. En esta ocasión, como ya le sucediera en Écija unos días antes, Miguel de Cervantes es excomulgado por querer seguir adelante con la recogida del grano del sacristán, que se había negado a entregarlo. En septiembre de 1592 vuelve Miguel de Cervantes a Castro del Río, en esta ocasión con Provisión de Pedro de Isunza para recaudar trigo, garbanzos y habas en varias poblaciones andaluzas, siendo Castro del Río una de ellas. Pero si el trabajo de comisario de abastos siempre era complicado, en esta ocasión lo será aún más: el 21 de septiembre, el juez de comisarios, Francisco de Moscoso, que era también corregidor de la cercana Écija, le comunica una sentencia de arresto por delitos en su actividad como Comisario Real de Abastos unos años antes. Un arresto que, según las normas de la época, fue inmediato, aunque también fue rápida su salida de la cárcel, que estaría situada en lo que hoy son los bajos del Ayuntamiento, porque Pedro de Isunza pagó la fianza requerida para que pudiera seguir con su labor de comisario. El día 30 de septiembre ya lo encontramos en Écija, a tan solo 16 leguas, recaudando trigo.

 

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