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La expulsión de los jesuitas de la Comunidad Valenciana

Como consecuencia de una ola de antijesuitismo en toda Europa, el destierro de los jesuitas del continente comenzó en Portugal en 1759, llegó a Francia en 1764, continuó en España, Parma y Nápoles en 1767 y tuvo su punto culminante con la extinción de la Orden en 1773.

Tras su expulsión de los territorios de la Corona española, se decretó la incautación del patrimonio de la Compañía: haciendas, edificios, bibliotecas… Buena parte de esas propiedades se pusieron a la venta mediante un sistema de subasta pública, pero los edificios más valiosos, que fueron los inmuebles de los colegios, quedaron exceptuados del proceso alienador para, al menos en teoría, recibir un uso diferente basado en unos criterios que buscaban conseguir la mayor utilidad pública posible.

En la Comunidad Valenciana la Compañía de Jesús estaba establecida en las localidades de Gandía, Valencia, Segorbe, Ontinyent, Orihuela, Alicante y Torrent. Carlos A. Martínez Tornero analiza ahora, en su libro Los colegios de los jesuitas en la Comunidad Valenciana tras su expulsión de 1767, publicado por la Institució Alfons el Magnànim, las aplicaciones que recibieron los colegios pertenecientes a los jesuitas en suelo valenciano entre la citada expulsión y el restablecimiento de la Orden ignaciana, en 1815.

Martínez Tornero es Doctor en Historia por la Universidad de Alicante, donde en 2009 defendió su tesis titulada La administración de las propiedades de la Compañía de Jesús. El destino de los colegios valencianos. Es asimismo codirector de nuestro portal Expulsión y exilio de los jesuitas de los dominios de Carlos III.

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