El despertar de la escritura femenina
Hasta el próximo 21 de abril la Bilioteca Nacional de España acoge la exposición El despertar de la escritura femenina española, comisariada por Clara Janés, en la que se muestra el florecimiento de la literatura en los conventos, tanto en prosa (Teresa de Ávila) y poesía (Sor María de la Antigua) como en teatro (Sor Marcela de San Félix).
Junto a ellas, podrán encontrarse los casos de mujeres que concurrieron a certámenes y sumaron sus escritos a libros colectivos realizados con motivo de un homenaje o una celebración. Asimismo, la fama hizo que, desde muy pronto, algunas de estas escritoras viesen sus libros traducidos y replicados, e incluso que se produjese la usurpación de su nombre, como le sucedió a Luisa Sigea. Hubo también casos de depositarias y difusoras de obras de grandes autores (Sor Ana de Jesús de San Juan de la Cruz y Fray Luis de León), y otras que, sin querer tomar el hábito, se hicieron misioneras y su labor fue reconocida en distintos países (Luisa de Carvajal).
En la muestra se encuentra la que se dedica al teatro (Ana Caro); la que, a pesar de su gloria, guarda celosamente su verdadera identidad (María de Zayas); la que, interesada en la ciencia, descubre un elemento del cuerpo y lo comunica (Oliva Sabuco); aquella que se hace famosa por sus traducciones (Isabel Rebeca Correa); la aguda pensadora (Juliana Morella); la ganadora de numerosos certámenes (Cristobalina Fernández de Alarcón); la que, desde tierras de ultramar, movida por el talento de Lope de Vega, le escribe una epístola en verso (Amarilis); y, en fin, la que, también al otro lado del Atlántico, tiene su celda poblada de aparatos científicos y libros de literatura y de pensamiento de todo tipo hasta que la Inquisición la obliga a retractarse de sus ideas, renunciar a sus posesiones y declararse «la peor de todas» (Sor Juana Inés de la Cruz).