En El caso del martillo blanco, de Jordi Sierra i Fabra (Siruela), la joven detective Berta Mir tendrá que seguir a un chico acosado por dos compañeros de instituto y buscar a la familia de una niña que ha descubierto que es adoptada. Nada que Berta Mir no pueda resolver a la vez que prepara con su grupo la grabación de su primer disco. Lo único que de verdad le preocupa es cómo reunir su parte del dinero para la producción del CD.

Sin embargo, poco a poco la joven detective se verá envuelta en una guerra de bandas de tráfico de drogas químicas. Mientras tanto, la vida familiar de Berta sigue tan alterada como siempre, con su padre convertido en un vegetal y la sensación de que el tiempo a veces no avanza.